LAS SOCIEDADES ANÓNIMAS DEPORTIVAS: ¿SOLUCIÓN O PROBLEMA PATA EL FÚTBOL?
Las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD) han sido un fenómeno recurrente en el mundo del fútbol, con el objetivo de inyectar capital privado y profesionalizar la gestión de los clubes. Sin embargo, en muchos casos, estas iniciativas han terminado quebrando a las instituciones o incluso provocando su desaparición.
El Fracaso de las SAD en España e Italia
En España, la implementación de las SAD a principios de los 90 no trajo los resultados esperados. Según un informe de La Fulboteca, en 2010 se estimaba la deuda total de los clubes españoles en cerca de cuatro mil millones de euros, una cantidad casi cuarenta veces superior a la que en 1991 hizo que se sancionara la Ley del Deporte. Clubes centenarios como Fiorentina, Napoli y Parma en Italia estuvieron a punto de desaparecer por las deudas, y hasta los más grandes han tenido serios problemas.
El Caso del Glasgow Rangers
En Escocia, el Glasgow Rangers, un club histórico, fue descendido de categoría tras años de penurias como Sociedad Anónima. Esto demuestra que el modelo no es infalible y que se requiere una gestión financiera responsable para evitar el colapso.
La Reacción Popular en Inglaterra
En Inglaterra, si bien la mayoría de los clubes de la Premier League pertenecen a grupos empresarios, en los últimos tiempos se ha dado un fenómeno contracultural. A lo largo y a lo ancho del país se han ido fundando instituciones cuyo principal objetivo es manifestarse en contra del “fútbol-negocio”. Clubes como FC United o Wimbledon son manejados por sus socios y eso es lo que los define, más allá de los colores de la camiseta.
El Modelo Alemán: Un Equilibrio entre Socios y Empresarios
Como en otros órdenes de la vida, los alemanes encontraron una forma de hacer coexistir ambos modelos. Una empresa puede tener como máximo el 49% de un club, y el resto debe quedar en manos de sus socios. Si bien no es la mejor salida e implementar algo similar en otros países sería imposible por la falta de transparencia, los hinchas alemanes llenan los estadios y están felices con el manejo de sus instituciones. En conclusión, las Sociedades Anónimas Deportivas no han demostrado ser la solución mágica para el fútbol mundial. En muchos casos, han terminado quebrando a los clubes o provocando su desaparición, dejando a los hinchas desprotegidos y alejados de sus instituciones. Es necesario encontrar un equilibrio entre la profesionalización y la gestión responsable, sin perder de vista el vínculo emocional y social que une a los clubes con sus comunidades.