El Millonario ganaba con justicia en el Defensores del Chaco con gol de Solari pero el Gumarelo se lo igualó en su primera chance con Espinoza.
Después, batalló en el complemento hasta el alcanzar el 2-1 final con Mastantuono para pasar la página del Superclásico y seguir ideal en el certamen.
El conjunto de Martín Demichelis salió con todo y logró asediar el área paraguaya desde el inicio. Del medio para adelante fue una máquina y no le dejaba aire al local, que no tardó en empezar a hacer agua en el fondo y dejar una sensación de derrota inminente. Sin embargo, su arquero Rodrigo Morinigo fue clave al taparle el grito a Rodrigo Aliendro y Andrés Herrera, y a los 10 el VAR le anuló bien un gol al Millonario por un pie adelantado de Miguel Borja.
Aún pareció complicarse más el Gumarelo cuando salió lesionado Lorenzo Melgarejo pasando los 20 minutos, y Enzo Díaz no tardó en volver a exigir a Morinigo. A los 34, el camino visitante pareció allanarse cuando llegó al gol con Aliendro recibiendo por derecha de Rodrigo Villagra y mandando el centro que empujó Pablo Solari en las narices de Morinigo.
Quizás el pecado millonario fue tomarse un respiro tras esa acción, aunque claramente su castigo -el empate- sonó excesivo. A los 40, Lucas Sanabria ejecutó desde la izquierda un córner para el anfitrión y el reemplazo de Melgarejo, Matías Espinoza, saltó sin la suficiente oposición en el corazón del área y cabeceó de pique al segundo palo. A batallar de nuevo para River.
El complemento, para colmo, se hizo cuesta arriba. Ya empezó para el infarto para los argentinos, cuando Óscar Cardozo encontró un rebote en el área y disparó alto. Pero después, fue pura batalla y, en el recambio, se sabe, al Millonario suele sobrarle material para ganar. Nicolás Fonseca aportó equilibrio en el medio y los de arriba también sumaron, como cuando a los 35 consiguieron el ansiado segundo tanto.
Toques cortos en velocidad entre Facundo Colidio y Manuel Lanzini dejaron a Franco Mastantuono en posición de disparo y sacó uno bajo entre todas las piernas que tras desviarse se coló en la esquina derecha al arquero. El gol volvió a abrir espacios y Borja se perdió una doble versus Morinigo y su propia pólvora mojada y, en el cierre, le desviaron un peligroso disparo a Elvio Vera para los paraguayos.
A River le alcanzó esa conquista para llevarse todo el premio con mucho más sufrimiento del que mereció. Pero en las duras noches coperas lo que se cuentan son los porotos, y La Banda los mantiene a tope en un momento en que le urgía un bálsamo.