HALLAZGO DE UNA ARAÑA FOSILIZADA GIGANTE EN AUSTRALIA

Foto @Datafactory

Una nueva araña fosilizada, que vivió hace millones de años, fue descubierta en Australia.

Se trata de Megamonodontium mccluskyi, un arácnido cinco veces más grande que el espécimen contemporáneo más similar. El fósil es uno de los grandes tesoros de la paleontología nacional pues es parte de los únicos cuatro restos de arañas fosilizadas descubiertos en su territorio.

La Megamonodontium mccluskyi habitó durante el periodo Mioceno en Australia, cuando el territorio era una selva tropical y se encontraba en una ubicación diferente a la actual. Según las características del fósil, esta araña perteneció al género Barychelidae, cuyas integrantes son conocidas como tramperas. Los artrópodos de esa familia construyen madrigueras trampa en la tierra o la madera y utilizan sus abultados cuerpos para sellar sus escondites.

El fósil muestra un espécimen notablemente más grande que las arañas tramperas que existen en la actualidad. Mide aproximadamente 50 milímetros de punta a punta, mientras que artrópodo trampero común tiene un tamaño promedio de 10 milímetros. La Megamonodontium es el segundo registro de araña más grande del mundo y el de mayores proporciones encontrado en Australia. También es el segundo vestigio conservado de un arácnido migalomórfico en su país de origen y el cuarto fósil de la especie registrado. Fue descubierto en el sitio paleontológico McGraths Flats, con una antigüedad estimada entre 11 y 16 millones de años.

Las arañas tramperas crean agujeros en la tierra con ayuda de sus apndices para buscar refugio y cazar comida

Las arañas tramperas crean agujeros en la tierra con ayuda de sus apéndices para buscar refugio y cazar comida (Foto: GETTY IMAGES)

El pariente más cercano vivo de esta especie habita en los bosques húmedos de Singapur y Papúa Nueva Guinea. La diferencia en la distribución geográfica de estos especímenes sugiere que la araña trampera prehistórica de Australia se extinguió a medida que el territorio adquirió su característico clima árido. El descubrimiento del vestigio contribuye a llenar un vacío importante en la historia evolutiva de las arañas en Australia. El territorio ha experimentado cambios significativos a lo largo de millones de años debido a la deriva continental y la actividad de la placa tectónica indoaustraliana.

“Sin fósiles, los investigadores sólo podrían basarse en análisis filogenéticos de especies modernas para inferir la historia evolutiva de las arañas migalomorfas. Estos análisis sugieren que el Mioceno fue una época de divergencia particularmente alta en este grupo. Durante ese tiempo, Australia estaba experimentando una aridificación generalizada que provocó la contracción de los ambientes de selva tropical y el establecimiento del actual bioma árido”, explica el reporte.

Los restos fueron descubiertos por el doctor Simon McClusky. El nombre de Megamonodontium mccluskyi se compone de las palabras ‘mega’, que significa grande, ‘monodontium’, el género de los arácnidos, y ‘mccluskyi’, en honor a su descubridor.

¿Por qué no hay fósiles de araña?

Es poco común encontrar fósiles de arañas, al igual que ocurre con muchos otros artrópodos. Cuando mueren, sus cuerpos se descomponen, pulverizan y son consumidos en pocos días debido a su composición a base de capas de proteína de quitina. Aun así, los restos de arañas se remontan al período Devónico, gracias a condiciones ambientales excepcionales en ciertas partes del mundo. El fósil arácnido más grande conocido hasta ahora data del periodo Jurásico, hace aproximadamente 165 millones de años. Este espécimen ha sido identificado como Jurassica nephila y medía unos 15 centímetros de longitud de extremo a extremo.

“Es difícil convertirse en un fósil. Tienes que morir en circunstancias muy específicas, debes tener partes duras como huesos, cuernos y dientes. Por lo tanto, el registro de vida de un cuerpo blando, como el de las arañas, es irregular”, explicó Alison Olcot, directora del Centro de Investigación de Pregrado de la Universidad de Kansas, en un estudio de 2022 sobre la conservación de las arañas.

Fuente de información: https://es.wired.com/

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