Con otra soberbia actuación de Medina, el Xeneize superó los sobresaltos que le generó el Guapo y sigue en carrera en el certamen federal.
Al ritmo de Cristian Medina, Boca empieza a ser el equipo que quiere Jorge Almirón, Juan Román Riquelme y sus hinchas. Cuando el 36 se enciende aparece el fútbol y, nuevamente con su figura como factor decisivo, derrotó por 2-1 a Barracas Central y se metió en los octavos de final de la Copa Argentina.
De todas maneras y pese al triunfo, hay problemas recurrentes y están en la defensa, porque la primera media hora fue de superioridad del Guapo, que puso varias veces en apuros a Chiquito Romero, especialmente con un cabezazo de Álvarez y luego un remate de Peinipil.
Pero cuando se terminaba la primera parte, Benedetto se fue por izquierda, Merentiel se la bajó a Medina y el volante la puso en el ángulo. Y apenas comenzaba la segunda parte cuando el Pipa volvió a arrancarla, Medina se metió en el área a pura gambeta y le sirvió el 2-0 a la Bestia.
Con la tranquilidad de la ventaja de dos goles se esperaba que Boca dejara correr el tiempo, pero Barracas fue por el descuento y lo consiguió con un remate inatajable de Puig. Sin embargo, el regreso del Chango Zeballos le dio un nuevo aire y la diferencia pudo ser mayor de no ser por el travesaño y las salvadas de Desábato.
Boca ya está entre los mejores 16 de la competencia y con la tranquilidad de que Medina es una realidad, que Benedetto y Merentiel saben asociarse y que la vuelta del Changuito puede ser lo que le faltaba para ser un equipo serio en la segunda mitad del 2023.