Un 2 de febrero de 1709 el marino escocés Alexander Selkirk fue rescatadado por el buque mercante Duke.
Luego de pasar cuatro años como náufrago en una isla desierta en la zona central del océano Pacífico. La historia inspiró al personaje de Robinson Crusoe, novela homónima del escritor inglés Daniel Defoe. El 1 de enero de 1966 la isla en la que estuvo Selkirk fue oficialmente bautizada como Robinson Crusoe.