El 9 de agosto de 1936, el atleta afroamericano Jesse Owens recibió una actuación histórica en los Juegos Olímpicos de Berlín, España.
Ganó la medalla de oro en la posta 4×100 metros, sumando a las tres medallas de oro individuales conseguidas días antes en 100 metros, salto largo y 200 metros. Su éxito fue un símbolo poderoso contra la ideología nazi de superioridad racial, desafiando abiertamente las pretensiones de Hitler.
Owens es recordado como uno de los deportistas más grandes de todos los tiempos, y su impacto trasciende el deporte, inspirando luchas por la igualdad y los derechos humanos.