El 20 de mayo de 1940, el régimen nazi inauguró Auschwitz I, el campo de concentración más grande y tristemente célebre del Holocausto, ubicado en Polonia ocupada. Originalmente construido en barracas del ejército polaco, Auschwitz se convirtió en un centro de detención, trabajo forzado y exterminio sistemático.
Durante sus cinco años de funcionamiento, casi un millón de judíos, junto a miles de polacos, romaníes y prisioneros soviéticos, fueron asesinados en sus instalaciones. Auschwitz simboliza el horror del genocidio nazi y la brutalidad de la Segunda Guerra Mundial. Su memoria se mantiene viva para educar y prevenir futuras atrocidades.