Un 20 de marzo de 1966 roban la Copa Jules Rimet, el por entonces máximo trofeo del fútbol, que se exponía en el barrio londinense de Westminster para promocionar el Mundial de Inglaterra 1966.
Fue hallado gracias al perro Pickles, mascota del periodista británico David Corbett, que lo descubrió junto al auto de un vecino de su patrón. Por recobrarlo, recibieron una medalla, una recompensa de 1.500 dólares y un regalo especial para Pickles.