La noche del 8 al 9 de agosto de 1969, la actriz y modelo Sharon Tate, esposa del cineasta Roman Polanski, fue brutalmente asesinada junto a cuatro personas más por miembros de la secta liderada por Charles Manson, conocida como «La Familia».
Este hecho trágico ocurrió en la mansión de Tate en Los Ángeles y consternó a la opinión pública internacional.
Sharon Tate, quien estaba embarazada de ocho meses, fue víctima de un ataque sangriento con múltiples puñaladas. Los asesinos dejaron mensajes escritos con sangre en las paredes como parte de su macabro ritual. El crimen no solo marcó la vida cultural y social de Estados Unidos de la época, sino que también fue un símbolo del caos y la violencia que vivió la sociedad durante los años 60, con repercusiones en la justicia y la seguridad pública.