Aunque la ley que reguló el derecho de asociación sindical fue aprobada el 1 de abril de 1977, el 23 de abril y días posteriores fueron clave para la legalización formal de los sindicatos como CCOO y UGT.
Este proceso fue fundamental para acelerar la transición democrática en España tras la dictadura franquista, permitiendo la libertad sindical y fortaleciendo los derechos laborales.
La lucha sindical implicó sacrificios y encarcelamientos, pero abrió el camino hacia una sociedad más justa y plural.