Un 30 de abril de 1977 catorce mujeres convocadas por Azucena Villaflor se reúnen en la Plaza de Mayo para reclamar por sus hijos desaparecidos.
Un policía les dijo que no podían quedarse allí reunidas y empezaron a marchar alrededor de la Pirámide de Mayo. Fue la primera de las rondas que ya no se detendrían.