Un 8 de julio de 1990 Edgardo Codesal el árbitro mexicano sanciona un penal que no fue.
Con el que la selección alemana venció a la de Argentina por 1-0 a cinco minutos de concluir la final del Mundial de Italia ‘90. El penal lo ejecutó el delantero Andreas Brehme, con lo que Alemania ganó su tercera Copa del Mundo y se tomó revancha de la derrota por 3-2 en la final con Argentina en el Mundial de México ‘86.