El 1 de junio de 1998 se fundó en Bruselas el Banco Central Europeo (BCE), organismo clave para la definición y ejecución de la política monetaria de la Unión Europea.
El BCE ha sido fundamental en la estabilidad del euro y en la gestión de crisis económicas, consolidándose como una de las instituciones más influyentes del continente. Su creación significó un paso decisivo hacia la integración económica y financiera europea, con impacto directo en la vida de millones de ciudadanos y empresas.