Hoy, 30 de diciembre, se conmemora el nacimiento de Joseph Rudyard Kipling, el escritor angloindio que revolucionó la literatura infantil y adulta con sus relatos de aventuras, imperios y moralejas eternas. Nacido en 1865 en Bombay, en la India colonial británica, Kipling se convirtió en una de las voces más influyentes del siglo XIX y XX, galardonada con el Premio Nobel de Literatura en 1907, el primer escritor de lengua inglesa en recibirlo.
Hijo de un profesor de arte y una madre con inclinación musical, Kipling creció inmerso en la diversidad multicultural de la India, un escenario que marcaría su obra. A los cinco años, fue enviado a Inglaterra para su educación, experiencia traumática que inspiró sus primeras narraciones. Regresó a la India como periodista en Lahore, donde publicó sus primeros cuentos en el Civil and Military Gazette . Su fama explotó con El libro de la selva (1894), colección de relatos sobre Mowgli, el niño lobo, que fusiona folclore indio con lecciones sobre la naturaleza humana. Obras como Kim (1901), Capitanes intrépidos (1897) y poemas como «If—» (1910) consolidaron su legado, explorando temas de coraje, identidad y el ocaso imperial.
Sin embargo, Kipling no estuvo exento de controversias. Sus posturas proimperialistas y el poema «The White Man’s Burden» (1899) lo tildaron de racista en épocas modernas, aunque los defensores destacan su empatía por los marginados y su maestría narrativa. Murió en 1936 en Londres, dejando un impacto perdurable en la cultura pop: desde adaptaciones de Disney hasta influencias en autores como Orwell y Borges.
En un mundo de narrativas rápidas, Kipling recuerda el poder de las historias bien contadas. Su centenario natalicio invita a releerlo, cuestionando imperios pasados y valores eternos. Para Notigital, este efeméride subraya cómo la literatura trasciende fronteras, conectando Bombay con Buenos Aires.
(Fuente: Biografías históricas y archivos literarios. Imagen sugerida: Retrato clásico de Kipling en la Biblioteca Bodleiana).