El 18 de mayo de 1870, el Ferrocarril Central Argentino realizó su viaje inaugural entre Rosario y Córdoba, marcando la primera línea férrea que unió dos provincias argentinas.
Este avance fue fundamental para la integración económica y social del país, facilitando el transporte de personas y mercancías, y contribuyendo al desarrollo del interior argentino.
La construcción de esta línea reflejó la modernización y el crecimiento de la infraestructura en la Argentina del siglo XIX.