El 20 de mayo de 1902, Cuba alcanzó su independencia formal con la proclamación de la República, tras la retirada de las tropas estadounidenses que habían ocupado la isla desde 1898.
Este acontecimiento marcó el fin de la guerra hispano-estadounidense y el inicio de un nuevo capítulo en la historia cubana, con la adopción de una constitución republicana y la elección de sus primeros gobernantes.
La independencia fue un paso decisivo para el desarrollo político y social de Cuba, aunque la influencia extranjera continuó siendo un factor relevante en su historia posterior.