El 14 de junio de 1919, los pilotos británicos John Alcock y Arthur Brown realizaron el primer vuelo transatlántico sin escalas, cubriendo 3.041 kilómetros en 16 horas desde St. John, Canadá, hasta Clifden, Irlanda.
Volaron en un bombardero de la Primera Guerra Mundial modificado para la travesía, marcando un avance crucial en la historia de la aviación.