El 10 de junio de 1834, el presidente peruano Luis José de Orbegozo promulgó la cuarta Constitución del país, un documento que limitó el caudillismo militar y fortaleció el poder legislativo y municipal, marcando un avance significativo en la institucionalización democrática del Perú.
Esta Constitución buscó consolidar un Estado más organizado y menos dependiente del poder militar, promoviendo la participación ciudadana mediante la ampliación de las atribuciones del Congreso y los gobiernos locales. Fue un intento de equilibrar el poder y evitar la concentración autoritaria que había caracterizado a períodos anteriores.
El texto constitucional de 1834 sentó las bases para el desarrollo político y social del Perú, aunque enfrentó resistencias y desafíos en su aplicación. Sin embargo, su promulgación representa un hito en la historia republicana del país.
Recordar esta fecha es reconocer la importancia de las instituciones democráticas y el esfuerzo por construir un Estado de derecho que garantice la estabilidad y la participación ciudadana.